Desde este blog os recomendamos tres libros de esta escritora e ilustradora francesa llamada Béatrice Rodriguez.
Los tres libros son en formato apaisado, sin texto, aunque las imágenes por si sólas dicen más de lo que a primera vista se puede pensar
Ladrón de gallinas es un álbum sin palabras que desafía las expectativas de sus protagonistas y de sus lectores.
Ilustración tras ilustración, el libro nos mantiene en tensión para sorprendernos con un final que nos habla, al mismo tiempo, de una amistad conmovedora y de nuestras ideas preconcebidas, esas ideas que forzamos para que, a como dé lugar, casen con las caderas del mundo, cuando el mundo es mucho más ancho, complejo y caprichoso de lo que creemos.![Ladrón-de-gallinas2](https://leonardobpleon.wordpress.com/wp-content/uploads/2013/09/ladrc3b3n-de-gallinas2.jpg?w=736)
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La revancha del gallo
El Ladrón de gallinas resultó ser un zorro enamorado y el gallo, desconsolado debe abandonar la isla. Pero el regreso a casa de los tres amigos no estará exento de peligros, ni de sorpresas…
Después de que el zorro conquistase el corazón de la gallina, nuestros amigos naufragan en una isla. Allí, el gallo encontrará un huevo despertando así su instinto paternal; el conejo y el oso conocerán al gusano de luz y temblarán con los murciélagos; pero, ¡cuidado!, como en la primera de sus aventuras, Ladrón de gallinas, las apariencias engañan.
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En Un día de pesca, la autora se pregunta:
¿Pueden convivir una gallina y un zorro?
¡Pues claro que si!![Pesca5](https://leonardobpleon.wordpress.com/wp-content/uploads/2013/09/pesca5.gif?w=736)
Librados ya de la amenazante presencia del gallo, la pareja de enamorados espera feliz la llegada de su cría. Sólo tienen un pequeño gran problema: su nevera está vacía. La gallina decide salir a buscar comida para su familia y deja al zorro en casa cuidando que nada malo le ocurra a su huevo.
Álbumes sin palabras
Historias para «leer» antes de saber leer.
Finales completamente inesperados que volverán a confirmar que las apariencias casi siempre engañan.
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